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La ACE no mejorará la educación: especialistas

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México, 17 de octubre.- Especialistas coinciden en que no será por medio de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) como se alcanzará la mejora educativa, ya que en ella hay mucho que negociar y corregir, como el hecho de que son los "verdaderos actores" los que tienen que participar en su creación y contenidos.

Durante un foro sobre este tema, realizado por el Observatorio Ciudadano de la Educación, investigadores dejaron ver parte de los problemas que han hecho de este acuerdo, pactado entre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Secretaría de Educación Pública (SEP), un “detonador” de problemas.

De acuerdo con María de Ibarrola Nicolín, profesora investigadora del Cinvestav-IPN, la calidad educativa es algo relativo que depende de muchos factores que deben ser tomados en cuenta, en especial la construcción articulada entre diferentes protagonistas.

"La calidad dependerá sobre todo del consenso de actores, que es lo que debemos buscar", indicó al referirse a la cantidad de conflictos surgidos a raíz de este acuerdo, al que también le ha faltado un análisis real tanto de la operación cotidiana de las escuelas como de los que en ellas laboran.

En conferencia magistral, la especialista reconoció que uno de los principales detonadores que ha llevado a la movilización de maestros es la nueva política de reclutamiento y promoción mediante un examen de oposición, que supuestamente ha dejado atrás la venta y herencia de plazas.

"Es necesario cambiar los recursos del sindicato de acceso y permanencia, suprimir la herencia de plazas, pues la plaza no es una propiedad que se pueda heredar, es propiedad de quien la trabaja, no para dejarla en condición sindical y generar interinatos", aseveró, aunque admitió que hay argumentos legítimos que hacen entendibles esta defensa, como el no dejar a familias desprotegidas.

"Pero insisto, la Ley General de Trabajo al Servicio del Estado sostiene el vicio de las plazas del sindicato de maestros", acotó Ibarrola Colín al explicar que la herencia podría resolverse con la entrega de indemnizaciones.

Destacó también que para la entrega de plazas no es suficiente la aplicación de un examen, sino que deberían tomarse en cuenta otros criterios, como el de un mínimo de años de experiencia profesional.

"Grave retroceso"

Por su parte, Aurora Loyo, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, catalogó la ACE como un "grave retroceso" que difícilmente llevará a la mejora prometida, pues para que una reforma tenga éxito se requieren de al menos tres elementos de los que la alianza carece: un proyecto innovador, autoridad educativa bien consolidada y consenso en la mayor parte del sistema.

En este caso "hay una gran vulnerabilidad de los dos grandes actores: el gobierno federal (incluida la cabeza de la Secretaría de Educación, Josefina Vázquez Mota) y un proceso de desgaste y desprestigio social de la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación", comentó la experta y detalló el conjunto de vicios que ha convertido al sindicato de maestros en un obstáculo más que en herramienta de desarrollo.

"Desgraciadamente la política vino a complicar todo, pues se convirtió en un mercado político en el que la cúpula del SNTE oferta su capacidad organizacional en un partido (Panal) y capitaliza sus recursos, adquiriendo un papel a nivel de política educativa", señaló.

Al respecto, la investigadora se mostró convencida de que el ACE es un grave retroceso que puede traer resultados "perversos", pues no sólo se trató de un acuerdo bilateral (cuando se decía que la educación es asunto de todos), sino que además se hizo con un grupo sindical —sus cúpulas— que ha dejado al magisterio debilitado y coercionado por sus estructuras.

Así lo consideró también Francisco Bravo, miembro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quien no concibe que en la ACE no se haya tomado en cuenta la opinión de los verdaderos maestros, los de base, y se haya aceptado pactar un acuerdo "con quien menos legitimidad tiene".

Puntualizó que "los maestros no nos oponemos al examen de oposición, ni a las evaluaciones, pero debemos construirlo con otro tipo de criterios que sí nos tomen en cuenta".