J. Daniel Vázquez H.
Lazarillos
Pues bien, a dos años del Fraude Electoral, estamos viviendo tiempos en los que se simula y se lacera la incipiente democracia y en los cuales se prepondera el absolutismo, el cochupo, el acuerdo entre unos cuantos o el acuerdo en lo oscurito; pues es en estos tiempos en los que tenemos que “el espurio” ha elegido una vía impertinente y violenta para pagar sus facturas a capitales privados y extranjeros, quienes lo sentaron en la silla presidencial. Y de esta manera seguir de manera acrílica y sistemática contradiciendo a la soberanía popular, a la Constitución.
Debido a que el espurio no se atrevió a proponer una reforma constitucional para evitar el enfrentamiento social que pudiera desestabilizar su ya desestabilizado e ilegitimo gobierno, fue que propuso modificaciones inconstitucionales a leyes secundarias. Claro pero estas iniciativas van con la intención de que solo se discutan en el congreso y se tome la decisión entre bancadas, lastimando el principio del derecho parlamentario, según el cual todos los legisladores son iguales en su representación y su voto es individual y libre, convirtiendo a los diputados, representantes de la nación, con plena autonomía para opinar y para votar en simples peones del ajedrez político que juegan los grandes capitales; asi mismo limitando una discusión que nos compete a toda la nación a unos cuantos supuestos “expertos y peritos en la materia energética y financiara” como los diputados y los gobernadores (Ej: Marco Adame, quien asevero que el debate de fondo se da entre la clase gobernante).
En nuestra ley Suprema tenemos en el párrafo tercero del artículo 26 constitucional, que: “La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta popular en el sistema nacional de planeación democrática.”
Este párrafo de forma textual, señala que es el propio Estado el que debe formular esa planeación, para que así se recabe de los sectores sociales las aspiraciones y demandas de la sociedad para incorporarlas al plan de desarrollo y, mediante tal procedimiento, imprimir solidez, dinamismo, permanencia y equidad al merecimiento de la economía, a la independencia y a la democracia política, social y cultural.
Es importante remarcar que la discusión por la consulta publica no estriba en que si los mexicanos preferimos “tecnología y los procedimientos de la industrialización y la excelencia empresarial“ o las normas constitucionales anticuadas y obsoletas, dejando a la ciudadanía a que decida por lo mas rentable”.
Es por ello, que ante la iniciativa del espurio Calderón, hacemos el llamado desde este espacio a toda la ciudadanía para que participe en esta discusión que por autentico, legitimo e inalienable derecho nos compete; a que no permitamos que sean unos cuantos los que decidan el rumbo del país. Y de manera enfática hacemos también el llamado a no permitir que con nuestra apatía seamos cómplices de la privatización inconstitucional de un órgano descentralizado del país, que no se permita que se sigan socializando costos y privatizando ganancias, ya que de permitirlo nos estarán heredando a los jóvenes un México detrás de un código de barras con una historia y un futuro plenamente comercializado.
Por una democracia Republicana-participativa
(lema de la consulta) y recordemos que la soberanía Nacional radica original y esencial mente en el pueblo y que como pueblo tenemos el inalienable derecho de gobernar y gobernarnos, vayamos el domingo 27 a refrendar nuestro compromiso con la historia.
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